declaración de intenciones

de ahora en adelante convoco las palabras que construyen mi memoria, quiero escribirlas para volver a ellas cuando las migas de pan desaparezcan digeridas en el estómago del tiempo y yo quiera volver a mi punto de partida.

lunes, 15 de octubre de 2012

Cauca



QUIZGÓ 
(Preposicións)
Maio de 2003

Fóra:
Escuridade infinda na noite de Quizgó
Corazón de montaña, chapeo de ceo
Amor de vento e lagoa, tremelicar das follas
Orixe mesma da palabra Namrik
Entre:

Lume
Fogueira
Noitiña quente
Morneza na ollada:
Tenrura para os Bárbaros
Sen:

Dor da cor perdida
Enrugas na pel de dentro
Non ten nome esta ausencia!



sábado, 8 de septiembre de 2012

memoria de piedra

Las huellas son evidentes, cuántas gotas de agua salada? cuánta lluvia desparramada por el viento del norte? Hay en las piedras algo ajeno a lo inerte, son las marcas hechas surcos, oquedades de tamaños varios que las convierten en algo semivivo, una suerte de mapa rocoso hecho de agua y cristales de sal, en él, el eco de tus pasos, de los míos...ahí, frente al Atlántico infinito!



lunes, 12 de marzo de 2012

Esencia

Mi abuela paterna hacía arepas para vender en las tiendas del barrio, recién asadas al carbón. Se levantaba a las cuatro de la mañana, el día anterior había cocinado el maiz trillado en una olla grande y a la noche mis tíos lo molían. Le dejaban la masa en una batea-recipiente de madera- y apartaban el "claro" en una olla más pequeña, durante el día lo bebíamos para refrescarnos. Con sus manos pequeña armaba las arepas, las ponía en las brasas volteándolas cada cierto tiempo, luego las apilaba en un rincón de la mesa de la cocina, las cubría con un paño blanco y limpio que olía a ella y dejaba las mejores para el desayuno de los de casa.
En su cocina de suelo de tierra y paredes de madera se mezclaba la luz del amanecer y el humo del carbón, muchas madrugadas le pedí que me dejara estar con ella, entonces disponía una manta y un banco, me cubría entera y al calor de mi abuela volvía a quedarme dormida. No sé cómo lo hacía, pero en su casa de ciudad se escuchaban los sonidos del campo, del pueblo donde ella nació y que dejó muy joven, pero del que nunca perdió su esencia.