declaración de intenciones

de ahora en adelante convoco las palabras que construyen mi memoria, quiero escribirlas para volver a ellas cuando las migas de pan desaparezcan digeridas en el estómago del tiempo y yo quiera volver a mi punto de partida.

sábado, 10 de septiembre de 2011

sensorial

En cuanto me echo a andar no lo noto, pero al poco rato siento la incomodidad, los zapatos aprietan mis dedos pequeños. Sigo la marcha queriendo no hacer caso, no tengo prisa y la idea es disfrutar del momento. Al regreso no puedo más, me quito los zapatos, andar en calcetines -unas veces por la hierba y otras por el adoquinado del paseo- además de liberarme del dolor, me produce gusto, si, el de sentir a través del tejido la humedad de la tierra o la firmeza del suelo. Mi mente busca las palabras para lo que observa y pronto la sonrisa me visita...cuánto contenido en una hora de caminata!

4 comentarios:

  1. mirada, cantos zapatos coma estes teremos que deixar á beira do camiño? grazas por me escribir. Bicos!

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  2. Hola Marlene. Busco un rato de quietud, para un leer parsimonioso, para saborear lo que me traen tus migas de pan, sensaciones, que disfruto en una noche en calma, viendo la luna por la ventana. Noche tranquila, quieta, oscura (¡que bien que olvidaron encender las farolas por un rato!).
    Noche que parece por un rato intemporal, aunque sea la de un 11-S.
    Noche no para salir, sino para adentrarse en la espesura.
    Signos que derramas para saber volver, para convocar lo vivido, para recordar (volver a traer al corazón), para ayudarte a ti y a quienes compartimos contigo a constatar, que es sentir y comprender (emoción y cognición de la que hablan los compañeros en la lista). Constatar, con un sentido de existencia, de tangibilidad, de hecho vivido, y comprendido, de sensación y sentimiento auténtico, que expresas para que llegue a formar parte de la constelación que te hace, mujer entera, no trozo, ser, humano ser.
    Constelación de nodos, sendas, ámbitos, signos, claves que además necesitas compartir, porque no eres tú sin los otros, tus congéneres, cuyas constelaciones a su vez se entrelazan con la tuya, en redes familiares, las que determinó el destino y las electivas...
    ¡Gracias por mostrarte y mostrarnos!
    Ahí seguiremos, constelando contigo por elección, por amistad y cariño, y por provecho propio, porque los corazones cuando se acercan tienden a reflejarse, y sólo así nos damos y recibimos.
    Un gran abrazo
    Y gracias otra vez por tu extraordinaria sensibilidad.
    Alberto

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  3. Gracias a ti, Alberto, por tu cercanía y tu saber ser. Un abrazo inmenso!

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