declaración de intenciones

de ahora en adelante convoco las palabras que construyen mi memoria, quiero escribirlas para volver a ellas cuando las migas de pan desaparezcan digeridas en el estómago del tiempo y yo quiera volver a mi punto de partida.

domingo, 4 de septiembre de 2011

de la sonrisa y la palabra esquiva (in memorian)

Tenía ganas de descansar, su vida fue intensa y no soportaba tanta quietud, tanto no hacer nada...cómo decirles a todos que siempre pensó en terminar sus días inclinada sobre la tierra que la vio nacer, respirando el aire marino y sacando frutos de sus entrañas? qué importaba si eran 70, 80 años o más?. En sus sueños despiertos, la casa, el hogar, el sitio para recuperar la unidad extraviada en la historia del primer viaje, en el barco, a sus veintitantos, los críos de la mano, el equipaje, las herramientas que él le pidió que llevara. Ella sola con su expectación ante lo desconocido y con su enorme fuerza, la que le acompañaría el resto de su vida y le confundiría los pasos cada que pensara en el regreso.
"...non hai regreso, avoa, nunca regresa o mesmo home ao mesmo sitio..." escribió el poeta de la emigración galega, ella lo constató al volver a su tierra, sus orígenes dispersos entre la memoria y las cuatro casas que se mantienen en pié, ahí, en el recodo del camino, en medio del campo verde. Buscó el hilo de su historia-sin encontrarlo- por los carreiros, hoy vías de asfalto transitado... el paso del tiempo se deja ver en el paisaje y su espíritu, rebelde impenitente, se resiste a aceptar la mudanza, quizá piense que manteniéndose fiel al recuerdo las cosas saldrán como siempre lo anheló.
Mujer hecha de trabajo desde niña, en los tiempos duros, la recolección de piñas para hacer lumbre, abordar el tren con el fruto del trabajo -ojalá no haya requisa, hay que ayudar a mamá- y muy poco tiempo para la alegría, sólo por la fiesta del santo patrón, a la romería se va andando con los zapatos viejos, risas y canciones, ya vendrá el gris sempiterno de la niebla cargada de humedad y salitre, nutriendo la tierra y enfriando el alma. Cuántas veces habrá recordado su paisaje? durante aquellos años errantes, de lugar en lugar, de gente en gente, sin querer dejarle sitio al arraigo? su brújula apuntó siempre al mismo norte, el suyo propio, el que tenía en mente después de horas de trabajo extenuante; la verdad es que eso no era tanto para ella; lo peor siempre fue la soledad aunque nunca lo admitió, no cabe flaquear ante las emociones, no hay espacio para ese peso... el mismo que le llenó de tristeza cuando se fueron aquellos que tanto amó.
Sus ojos hablan, su rostro cuenta lo que le ocurre, paso mi mano por la comisura de sus labios en un intento de dibujar una sonrisa, no quiero sonreir...parece decir...estoy cansada alcanza a balbucear, después no hubo más palabras, sólo la mirada y ese fondo de lago desapacible en sus pupilas.
Ya no está, la parca vino en la noche de ese domingo, el viernes habíamos compartido la tibieza de sus manos y una cabezadita...cuando marché sentí el vacío de la despedida.

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